La Vitamina D: Una Vitamina Esencial
La vitamina D es principalmente conocida por su papel en el metabolismo del calcio y la salud ósea. Sin embargo, en los últimos años se ha estudiado la importancia de la vitamina D en otras áreas de la salud, así como la influencia de la nutrición (baja ingesta de alimentos ricos en esta vitamina), el lugar de residencia (países con baja exposición solar), y hasta los aspectos culturales (costumbres de vestir demasiado cubiertos de ropa), en el nivel de vitamina D (1). Sus efectos están mediados por su unión a los receptores de la vitamina D que están situados en los cromosomas, lo que afecta a la expresión de muchos genes, regulando un incremento o una disminución de su expresión.
Los estudios observacionales han encontrado correlaciones inversas entre las concentraciones séricas de vitamina D y las tasas de incidencia de unos 20 tipos de cáncer, entre ellos de colon, mama, hígado, riñón, páncreas, pulmón, ovario, vejiga, etc. Los mecanismos por los que la vitamina D reduce la incidencia de cáncer y mejora la supervivencia incluyen efectos sobre la diferenciación y la proliferación celular, la apoptosis, la angiogénesis alrededor de los tumores y la metástasis.
Según varios estudios poblacionales, aumentar el nivel sérico de vitamina D puede reducir el riesgo de síndrome metabólico, y otros estudios intervencionistas han demostrado que suplementar con vitamina D reduce la tensión arterial sistólica y diastólica. Otros estudios observacionales apoyan sólidamente un papel de la vitamina D en la reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular, así como su tasa de mortalidad. Y algunos estudios han demostrado que altas dosis de vitamina D pueden reducir varios indicadores de riesgo de enfermedad cardiovascular.
Muchos otros estudios han demostrado los beneficios de la vitamina D frente a la enfermedad arterial periférica, la diabetes, la disfunción eréctil, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, infecciones respiratorias, el autismo, la caries dental, la tasa de mortalidad por todas las causas y la esperanza de vida, y la evolución del embarazo y el parto. En muchos de esos estudios se ha correlacionado la exposición a la radiación solar UVB con una esperanza de vida más larga y saludable (1).
Pero existen dos formas de la vitamina D. La D3 (colecalciferol), que se sintetiza en la piel de los animales por la acción de la radiación ultravioleta B (UVB) sobre el 7- dehidrocolesterol. Y la D2 (ergocalciferol), que se produce por acción de la UVB sobre el ergosterol de la membrana de los hongos. Por lo tanto, mientras que sólo una parte de la vitamina D3 que tenemos es ingerida con la dieta, toda la D2 procede de ella (2).
La vitamina D3 es una prohormona que se activa mediante hidroxilaciones secuenciales, hasta la forma activa hormonalmente, 1,25-dihidroxivitamina D3 (1,25(OH)D3). La 25-hidroxilación se produce en el hígado, y origina la 25- hidroxivitamina D3 (25(OH)D3), que es la principal forma circulante de vitamina D, y que es hidroxilada a continuación en el riñón (también en la piel o la placenta, pero en menor cantidad) para producir la hormona activa que se libera a la sangre (2).
Durante mucho tiempo se dudaba si las vitaminas D2 y D3 tenían la misma capacidad para producir la hormona activa, o si una de ellas era más potente que la otra. Ante la existencia de estudios con resultado contradictorio, los investigadores han realizado recientemente algunos estudios con el objetivo de aclarar este tema. Uno publicado en 2015 (3) demostraba la superioridad de los tratamientos con altas dosis y a largo plazo de la D3 sobre la D2. Una explicación que encuentran para esta diferencia de eficacia de la D2 y la D3, es la diferente vida media de ambas 25(OH)D, que es de 82 días en el caso de la 25(OH)D3, y la sustancialmente más corta de la 25(OH)D2, de sólo 33 días. Esto sugiere, que el mecanismo que subyace a esta diferencia es la degradación o eliminación de la 25(OH)D por parte de los citocromos P450.
En 2017 se realizó un estudio (4) aleatorizado, doble ciego, y controlado con placebo, suplementando a mujeres sanas del sur de Asia y blancas europeas, con una relativamente baja dosis de 15 µg de vitamina D2 o vitamina D3, diariamente durante 12 semanas y en invierno. Se demostró que la vitamina D3 es más eficaz que la vitamina D2 aumentando el nivel de 25(OH)D, el marcador del nivel de vitamina D.
El 100% de las europeas blancas incluidas en el grupo D3, alcanzaron un nivel suficiente de vitamina D (>50 nmol/L), mientras que sólo el 90% de las europeas blancas en el grupo D2 lo alcanzaron. Los mismos datos para las participantes del sur de Asia, fueron 70% y 50% respectivamente. Algo que se explica porque habitualmente la población asiática tiene nivel más bajo de vitamina D.
Según los autores, su estudio indica que los resultados son debidos a las diferencias de afinidad entre las vitaminas D2 y D3, en su unión competitiva con la proteína de unión a la vitamina D y las enzimas de hidroxilación.
La hipervitaminosis D, también conocida como toxicidad por vitamina D, puede ser exógena, y está relacionada con un consumo excesivo a largo plazo de vitamina D, o endógena, y es debida a un funcionamiento anómalo de su metabolismo, o a la existencia de una enfermedad que produce demasiado metabolito activo de la vitamina
- La ingesta de dosis extremadamente altas produce niveles superiores a 150 ng/ml (375 nmol/L) de 25(OH)D, y se asocia con hipercalcemia. Cuando la causa es endógena, se produce una cantidad excesiva del metabolito activo 1,25(OH)2D en trastornos granulomatosos y linfomas, aunque también puede fallar la degradación de este metabolito, como en la hipercalcemia infantil idiopática. Aunque su prevalencia es muy baja, sus efectos sobre la salud son graves y no se aprecian fácilmente. La confusión, la apatía, los vómitos recurrentes, el dolor abdominal, la poliuria, la polidipsia y la deshidratación son los síntomas más notables de la toxicidad de la vitamina D, pero la peor es la hipercalcemia grave (5).
En el año 2011, la Sociedad de Endocrinología hizo una comunicación (6) con su Guía de Práctica Clínica sobre la dosificación de los suplementos de vitamina D, para tratar la deficiencia (menos de 20 ng/ml de 25(OH)D) o insuficiencia (entre 21-29 ng/ml) de esta vitamina. Hasta entonces, se habían recomendado dosis de 600-800 UI/día para mantener los niveles séricos de 25(OH)D por encima de 20 ng/ml (50 nmol/L) en la población sana normal. En su comunicación, la Sociedad de Endocrinología recomienda mantener niveles de vitamina D por encima de 30 ng/ml, para lo cual reconoce que la suplementación diaria debería ser al menos 1.500-2.000 UI. En las personas obesas, incluidos niños, reconoce que debería duplicarse o triplicarse estas dosis (3.000-6000 UI/día), y recomienda lo mismo para los individuos con medicación anticonvulsivante, glucocorticoides, antifúngicos como el ketoconazol, y medicación para el SIDA.
Para corregir la deficiencia de vitamina D, reconocen que se debe llegar al límite superior tolerable, que debería ser 2.000 UI/día para niños de hasta 1 año de edad, 4.000 UI/día para niños hasta los 18 años, y 10.000 UI/día a partir de 19 años. También recomiendan la opción de suplementar a todos ellos con 50.000 UI a la semana durante 6 semanas.
TERANATUR ha comercializado un suplemento de vitamina D3 en cápsulas de gelatina blanda, aportando cada cápsula 4.000 UI, para facilitar la correcta dosificación de esta vitamina tan importante para la salud, de una forma segura gracias a la estabilidad antioxidante que la vitamina E aporta a este producto, y con la comodidad y limpieza que ofrece el empleo de las cápsulas de gelatina.
REFERENCIAS:
- Grant WB (2018) Vitamin D and health in the Mediterranean Hormones
(Athens). Sep 12.
- Tuckey RC y cols. (2018) The serum vitamin D metabolome: What we know and what is still to J Steroid Biochem Mol Biol. Sep 8. pii: S0960-0760(18)30220-6.
- Oliveri B y cols. (2015) Vitamin D3 seems more appropriate than D2 to sustain adequate levels of 25OHD: a pharmacokinetic approach. Eur J Clin Nutr. Jun;69(6):697-
- Tripkovic L y cols. (2017) Daily supplementation with 15 μg vitamin D2 compared with vitamin D3 to increase wintertime 25-hydroxyvitamin D status in healthy South Asian and white European women: a 12-wk randomized, placebo-controlled food-fortification Am J Clin Nutr. Aug;106(2):481-490.
- Marcinowska-Suchowierska E y (2018) Vitamin D Toxicity-A Clinical Perspective.
Front Endocrinol (Lausanne). Sep 20;9:550.
- Holick MF y (2011) Evaluation, treatment, and prevention of vitamin D deficiency: an Endocrine Society clinical practice guideline. J Clin Endocrinol Metab. Jul;96(7):1911-30.